Lo primero es ser consciente de que no estás solicitando un puesto de trabajo. Está bien que incluyas tu formación académica y tu experiencia laboral pero haz hincapié especialmente en todas aquellas actividades que hayas realizado similares a un voluntariado o relacionadas con tus aficiones y habilidades.

No te preocupes por el nivel de idiomas, normalmente los proyectos no requieren un nivel de idioma previo. Eso sí, si sabes hablar, escribir y/o entender otro idioma, inclúyelo en tu currículum. Recuerda adaptar tu «hoja de vida» al país donde quieres realizar tu proyecto. Ej: En Reino Unido no está bien visto incluir tu foto en el CV.

Por último, recuerda incluir tus datos correctamente y actualizados: dirección completa, correo electrónico, número de teléfono, cuenta de Skype, fecha de nacimiento, etc.

Una carta de motivación es algo muy personal. Hay quienes la hacen más formal -un texto bien ordenado, argumentando por qué debería ser seleccionado/a- y quienes la hacen más informal -una presentación en Prezi, un vídeo, o simplemente un texto acompañado de fotos-. Lo importante es que mantengas de principio a fin el estilo, que tenga coherencia.

Toda carta de motivación debe incluir, divididas en párrafos o diapositivas, las respuestas a las siguientes preguntas:

¿Quién eres?
¿Por qué quieres participar?
¿Qué crees que puedes aportar, personal y profesionalmente, al proyecto?
¿Qué crees que el proyecto te puede aportar a ti, personal y profesionalmente?

Incluye tus datos de contacto, especifica cuál es tu asociación de envío (en este caso Asociación MUNDUS) y despídete con una de las tantas fórmulas formales posibles en inglés.

Finalmente, aunque solicites varios proyectos a la vez, recuerda cambiar por lo menos un párrafo o algunas frases para cada proyecto, adaptándola a la temática y las actividades que se realizarán.